viernes, abril 08, 2005

Crónicas Viajeras Parte III: Venti Latte

Como algunos de nuestros amables lectores saben, en Starbucks el cajero le pide su nombre al cliente al tomarle su orden para escribirlo en el vaso desechable donde será servida la bebida. Por lo general, el cliente da su nombre sin apellidos -por ejemplo, “José”- Pero los baristas (así se les llama a quienes preparan espressos y capuccinos) aprovechan esto para hablarle de “tú” al cliente:

“¿Y como te va José, vas al trabajo?”

“¡Ah! ¡Estás de viaje por acá, José! ¿de negocios?”

“¿Quieres que le pongamos algún sabor al latte, José?”

“¿Algo más en tu orden, José?”

“¡Que te vaya bien, José!”

Pero resulta que José tiene el doble de edad que el empleado, y a José le incomodan las amistades rápidas que se dirigen a él con tanta confianza (a mí en lo personal esta practica me parece simpática).

Es cierto: México –al igual que en Latinoamérica- es un país de gente joven. El trato que pudiera ser aceptable para un muchacho, no necesariamente será el adecuado para alguien más “añejo”

Saludos.